Mis primeros poemas surgieron a una edad muy temprana y, desde entonces, nunca dejé de escribir. Pero fue allá por 1997, cuando entré a formar parte de la Asociación Poética “Gallos Quiebran Albores”, cuando cobré la suficiente confianza en mis poemas como para decidirme a publicar mi primer poemario:
EL DESPERTAR DE LAS ADELFAS
Publicado por la Diputación provincial en junio del 2000. Una recopilación de lo que en mi opinión habían sido mis mejores poemas hasta el momento. Poemas de amor, desamor, de reflexiones sobre la vida, sobre el miedo, sobre el dolor, sobre la felicidad, con la naturaleza siempre como telón de fondo. Se abre y se cierra con unos poemas sobre el mar como origen y testigo constante de nuestras vidas.
El poema “Niebla” recibió el Primer premio de poesía «Cilanco», 1.999 del III certamen literario «Emilio Murcia» en Albacete.
VUELOS DE ETERNIDAD
Se publicó en agosto del 2.000. La primera edición contó con la ayuda comunitaria LEADER II, de la Campiña Sur.
En Vuelos de Eternidad realizó un viaje poético desde la niñez hasta la edad adulta y una proyección en el más allá, siempre guiados por la mano del amor hacia uno mismo y hacia el otro. Se divide en tres partes: Recuérdame, Vuelos, Eternidad. A medida que se avanza en el poemario los poemas se van adelgazando al mismo tiempo que el poeta va dejando atrás lo vivido y, a partir de ahí, como en un impulso, se eleva y se proyecta en el futuro.
PETRA, LA NOCHE, TÚ…
Fue editado por Ermitaño ediciones. La visita a la ciudad jornada de Petra dio como resultado el cuadernillo poético PETRA, LA NOCHE, TÚ…, dividido en tres partes: Amanecer, Atardecer, Anochecer, y tomando como marco la hermosa ciudad de Petra, se establece un diálogo entre la autora y la ciudad haciendo referencia a un tercer personaje que representa los sueños.
LA MÚSICA DE LAS HORAS
Se publica en 2011 por la editorial Vitruvio. Es un poemario de búsqueda y de encuentro. Una búsqueda y un encuentro que ha de hacerse forzosamente desde la soledad, pues no es sino la búsqueda de uno mismo, de la grandeza de la propia existencia.
El hilo conductor es el tiempo, aunque apenas se hace referencia expresa al mismo. El tiempo desde ese ángulo invisible que habita dentro de nosotros. No el tiempo que mide el reloj, sino el tiempo interno, el latido que marca nuestros pasos en el día a día en esa búsqueda incesante de armonía. De ahí el título, “La Música de las horas”. Es el tiempo el hilo conductor de nuestra vida en la Tierra y es en este hilo en el que hemos de encontrar la magia, la música, para que nuestro paso por este lugar no sea un atropellado accidente, sino una verdadera danza.
El poemario está dividido en tres partes: Búsqueda, Encuentro, Fusión, a través de las cuales el poeta va transitando en una búsqueda que se resuelve finalmente cuando se produce el reencuentro con uno mismo.
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